Si hay una vía clásica entre las clásicas, sin duda ésta lo es. No sólo porque fue abierta hace 120 años por ilustres pirineistas como Celestine Passet, sino por el audaz y curioso itinerario y el inigualable entorno del Circo de Gavarníe y el mayor salto de agua de Europa.
Esta vía, se encuentra incluida, con todo merecimiento en el legendario Libro de Patrice de Bellefón, que muchos conservamos desde adolescentes, soñando siempre con la idea de realizar algunas de sus bellas y recias propuestas. Muchas de ellas se han ido materializando a la realidad, a lo largo del tiempo. Y algunas, están hoy día de actualidad, como la Ravier Este de Gourette. Otras han caído en el olvido y su ejecución exige altas dosis de reciedumbre, para las que no hay respuesta a la típica pregunta “¿De qué sale?”...
Esto se puede aplicar a esta vía. El grado no es un parámetro válido. No es una variable a tener en cuenta. Y sí, la dificultad de encontrar el itinerario correcto, que, a veces puede no ser el más evidente o el más lógico, sino el que no te conduzca a un apurado embarque, en forma de muro musgoso mojado o cascada infranqueable.
Y es que hay tramos que son verdaderamente perdedizos, en los que tan sólo vale aplicar la paciencia, visión clásica y lectura de la pared. A veces descender unos metros, tantear una línea… o descubrir una reunión o un clavo junto a ti, que ni has visto porque ya forman parte de la pared.
Así, con todo, la referencia es siempre una pequeña cascada, en comparación con las otras, que hay que franquear y que hace abrir los ojos como un búho hasta al escalador más pintado, cuando comprueba que hay que pasar, pisando prácticamente charcos entre las presas. Y… no se pasa andando. Hay que "escalar" un poquito, con delicadeza, porque la travesía, además de muy mojada, por abajo y por arribba no tiene ningún seguro hasta bien superadas las “dificultades”.
El trazado marcado y las reuniones, son un poco aproximadas. Algunas reuniones las montamos nosotros y otras las encontramos, algunas de ellas muy buenas, si consideramos la total limpieza del resto de la pared, salvo algún histórico y herrumbroso clavo, oculto entre el musgo, que no me extrañaria que fueran del mismísimo Passet.
Ya la llegada y estancia en Gavarnié, en el albergue Oxigen, resulta impresionante y relajante.
Sobre todo el atardecer y el paso de la luna nocturna sobre los Astazu, Marbore...
Por la mañana, nos ponemos en marcha hacía el Circo. Un bonito paseo.
Y tras superar la penosa y última pedrera, al pie del nevero iniciamos la aventura
El primer largo, sencillo, corto, seco. Y llegamos a una reunión de bolts, que no será de la vía.
Eso sí. sin meter prácticamente nada. Pero es que no sabes cuando vas a encontrar lio o reunión.
Continuamos, sin muchos problemas, apareciendo ya algo más de "humedad"
Y... un patio considerable, con la omnipresente presencia de la Gran Cascada.
Y de los diminutos ácaros que se acercan a visitarla, vistos aquí con el microscopio del zoom.
El tramo más complicado de vislumbrar es una zona oscura y húmeda antes de la chimenea.
Y aunque creemos que ya hemos casi llegado a la parte superior...
Aún nos falta lo más "interesante"....
Y es que hay que pasar, todavía, bajo la ducha de la Cascada, que da nombre a ésta Vía.
Desde aquí nos parece que vamos a resbalar como peces al patio, pero fijo.
Así que... allá vamos... Con calma, se va pasando.
Tras momentos "interesantes" de travesía acuosa...pasa también mi compañera...
Y tras un último largo. Por fin,, ya salimos a las terrazas superiores.
Donde el Circo de Gavarnie aún nos muestra su inmensidad, hasta las cimas de los Tresmiles. Buscamos intuitivamente salida por la "horizontal" hasta encontrar huellas del sendero
Que nos llevará a las Escaleras de Serradets
No sin antes echar el útimo vistazo al Circo, el Muro por donde discurre la vía y los 422 m de la Gran Cascada.
Destrepe sencillo, por el sendero de Serradets, aunque con tramos de no descuidarse.
La niebla va da dando el toque pirenáico a la jornada.
Como dije al principio. Vía clásica donde las haya y entorno salvaje sin igual.
Por la mañana, nos ponemos en marcha hacía el Circo. Un bonito paseo.
Y tras superar la penosa y última pedrera, al pie del nevero iniciamos la aventura
El primer largo, sencillo, corto, seco. Y llegamos a una reunión de bolts, que no será de la vía.
Eso sí. sin meter prácticamente nada. Pero es que no sabes cuando vas a encontrar lio o reunión.
Y... un patio considerable, con la omnipresente presencia de la Gran Cascada.
Y de los diminutos ácaros que se acercan a visitarla, vistos aquí con el microscopio del zoom.
El tramo más complicado de vislumbrar es una zona oscura y húmeda antes de la chimenea.
Y aunque creemos que ya hemos casi llegado a la parte superior...
Aún nos falta lo más "interesante"....
Y es que hay que pasar, todavía, bajo la ducha de la Cascada, que da nombre a ésta Vía.
Desde aquí nos parece que vamos a resbalar como peces al patio, pero fijo.
Así que... allá vamos... Con calma, se va pasando.
Donde el Circo de Gavarnie aún nos muestra su inmensidad, hasta las cimas de los Tresmiles. Buscamos intuitivamente salida por la "horizontal" hasta encontrar huellas del sendero
Que nos llevará a las Escaleras de Serradets
No sin antes echar el útimo vistazo al Circo, el Muro por donde discurre la vía y los 422 m de la Gran Cascada.
Destrepe sencillo, por el sendero de Serradets, aunque con tramos de no descuidarse.
La niebla va da dando el toque pirenáico a la jornada.
Como dije al principio. Vía clásica donde las haya y entorno salvaje sin igual.
Me encanta que los planes salgan bien.