

La pared húmeda de mediados de junio, el musgo verde fosforito y el típico olor de los ajos silvestres de la primera reunión nos hicieron disfrutar de un ambiente refrescante y y natural que a mí por lo menos me parecia el paraiso.


Se trata de una vía clásica, bonita y muy asequible. A la sombra como todas las de por aquí o más.

En esta ascensión, aprovechamos para ir reequipando las reuniones (en las que ya no quedaba ni un clavo original).
Los largos, íntegramente autoprotección. (salvo algún clavo testimonial o de guía)


Pero sin duda lo más sorprendente y atractivo de la vía es el espectacular diedro de la parte superior.
Tan desconocido en general como disfrutón y variado.


En dos largos te permite practicar todas las modalidades de escalada conocidas y...posturas que ni siquiera conocías.



Ya este año, concluyendo agosto, hemos vuelto a visitar este entorno, en romería y con invitados de último momento que seguro tienen que haberse llevado de su primera visita a Villarejo una, cuando menos, curiosa impresión.

La encontramos un poquito más limpia, seca pero igual de gratificante y disfrutona.

En esta ocasión optamos por algunas variantes, pudiera ser que alguna de ellas inédita como la entrada directa al diedro casi desde la plataforma, primero por la placa de la reunión para enseguida pasarse el diedro por la derecha, que aunque está musgoso es muy factible y bonito, quedando así todo este primer largo del gran diedro enderezado y coherente. Algo análogo a lo que en su día pasó con la vía del Gran Diedro del Torozo.
La siempre espectacular salida del diedro.

En definitiva y como siempre, un lugar mágico, fascinante y solitario.
(Mejores fotos de este mismo día en misterroresfavoritos@blogspot.com)
¡Mejores fotos en...! pues una de las que subes es portada de una guía. (como bien sabrás)
ResponderEliminarPues eso buenas fotos y buenas actividades!
Saludos
Sí. Años más tarde de esas fotos y este repor, la elegimos para la portada. Salgo yo abajo asegurando, y mandé al Poyales para que disfrutara del largo, que yo conocia de sobra.
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